martes, 1 de mayo de 2007

Figuras de la noche

Dejando un poco la filosofía de lado (porque me dí cuenta que la vida tiene unas 2 explicaciones posibles, una en la que sufro y una en la que no, con lo que obviamente ya se figuran cual elegí muy a regañadientes):

La otra noche, paseando por el centro, me puse a pensar en unas figuras en las que nadie piensa... en los porteros. Mientras todos deambulan por ahi, disfrutan de la velada así sea solos, acompañados o solos y en busca de compañía, estos nobles trabajadores se ven forzados a quedarse fijos en un lugar custodiando -vaya uno a saber qué, si a fin de cuentas nadie roba edificios entrando por el hall de entrada, y, si lo hace, el pobre portero no tiene más alternativas que esperar lo peor como un parroquiano común y corriente.

Pensaba en como sería la vida si me forzaran a sentarme a ver la vereda de enfrente día tras día... pensaba en que pensaría esta pobre gente -especialmente los que no cuentan con televisores con cable para pasar un poco el rato. La soledad que debe de sentirse debe de ser horrible... o no, quien sabe. Quizá sean amantes de la quietud, grandes sabios de la noche... o quizá sean esclavos pagos... o quizá sean ambos...

Y con ésto no quiero ni figurarme lo que ha de ser la vida de los colectiveros, de los taxistas turno noche sin radio, de los remiseros, de los guardias de seguridad (a éstos últimos sumándoles el riesgo de vida y el temor constante, claro está), etc.

¿Extraño? Probablemente...

¿Horrible? Probablemente...

2 comentarios:

indencioM dijo...

Hace unos años me planteaba seria y tranquilamente el hacerme torrero (hombre que habita y cuida el faro, no sé como lo llamán allá); y lo cierto es que no me lo imaginaba como algo casi heróico, sino más bien como algo egoista por no tener que aguantar a nadie, por no tener que dejar que compartiesen sus estupideces conmigo, por no oirles, en fin; me imaginaba una vida relajada rodeado de lo que por aquella época consideraba la mejor compañía: los libros y mi sosegada paz interior. Poco tiempo después me di cuenta de que no tenía de lo segundo.

El anónimo de siempre dijo...

No tenemos nombre, el problema es que éste país casi no se dedica a lo marítimo (siendo que tenemos uno de los mares mas ricos y una costa de 4989 km).

Es una ocupación similar, el problema es que no veo por qué habría de ser egoísta... es decir, sí, uno puede terminar ahí para no tener que preocuparse por nadie más, pero en general estimo que no es lo que le pasó a la media. Son esos trabajos que alguien tiene que hacer pero no se entiende cómo es que alguien terminó de verdadd haciéndolos.

En éste país al menos, uno encuentra conductores de taxi o remiseros abogados, médicos, ingenieros -de ahí vienen los debates tradicionales de cada viaje... no se entiende qué les pasó.

He ahí que tiendo más a heroizarlos que a otra cosa. Además considera que, volviendo al caso del portero promedio, ni siquiera cuentan con los libros... vaya uno a saber cómo serán por adentro para soportar semejante suplicio diario.