viernes, 8 de junio de 2007

Ira

Sí, damas y caballeros, he decidido tocar un tema de actualidad. ¿Cómo pudo suceder esto?, se preguntaran, ¿Qué acaso vive en este mundo?. Nuestras fuentes dicen que sí, aunque la veracidad de esa información es todavía cuestionable.

Escribo esto porque simplemente me enfurecieron los medios. Ya me cansé.

Como persona poco práctica (ética), sinceramente no veo como puede ser que haya gente que pueda vivir consigo misma viviendo del morbo que meten en las cabezas de las masas a presión. Sinceramente no entiendo por qué es que cada vez que uno se informa, se encuentra inevitablemente con noticias de la índole de las del caso Dalmasso (investiguen, daño no les va a hacer) -noticia que, hoy por hoy, es una entre tantas otras idénticas.

Me cansé del sensacionalismo. Me cansé de los medios amarillistas y huecos en cuanto sentido puedan aplicarse esas palabras.

Hoy en día se habla mucho de la libertad de expresión. Concuerdo. De la que nadie se acuerda es de la responsabilidad que trae aparejado ese derecho (tal y como cualquier otro). Lo triste es que no hay forma de meterle ésto en la cabeza a buena parte del periodismo -que, como tantas otras cosas, se ha vuelto un mero negocio- mientras que tampoco puede obligársele a hacerlo.

La democracia es un bien enorme, y es el sistema de gobierno con menos fallas. Lamentablemente, los griegos acertaban cuando decían que esta funciona solo cuando hay una mayoría de virtuosos (en términos más claros, de responsables, de maduros).

No hay nada más doloroso que ver pisoteados los ideales por los que nuestros ancestros dieron sus vidas. No hay nada más triste que una democracia degenerada, corrompida, putrefacta.

"¡Díos mío, que solos se quedan los muertos!"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo hay un medio de librarse de todo eso.
Apagando la tele y no comprando supuestas revistas de "informacion"
Tambien se puede intentar enseñar a leer al pueblo, pero eso es otra historia.

El anónimo de siempre dijo...

Todos los medios están contaminados en mayor o menor medida por este amarillismo generalizado.

Nada más basta con ver lo del bostezo de hoy.